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Para la foto: tres Scania de distintas épocas

Propietarios de tres camiones de la marca sueca reunieron un Topline de 1997, un R 480 de la serie PGR de 2018 y un RH 500 6×2 de la nueva generación.

En una sesión de fotos realizada en General Alvear, Mendoza, clientes de Scania reunieron tres camiones representativos de distintas épocas de la firma sueca: un Topline de 1997, un R 480 de la serie PGR de 2018 y un RH 500 6×2 de la nueva generación.

Además de la marca, todos estos vehículos tienen en común la pintura azul y las franjas laterales que caracterizaron al emblemático Topline de la década del ’90 en los diferentes caminos del planeta.

“Fue muy emocionante juntar a esos camiones y ver cómo ha ido evolucionando la marca a través del tiempo”, expresó Luis Carrillo Cichocki, el propietario del Topline, acerca del encuentro. Luis integra la empresa familiar mayorista Comercial Carrillo, que posee tres camiones -dos de los cuales son Scania- para distribuir la mercadería.

Más información, en el comunicado de prensa a continuación de las imágenes…

COMUNICADO DE PRENSA – SCANIA ARGENTINA

Tres Scania y un viaje a través del tiempo

  • Un mítico Topline, un PGR y un vehículo de la Nueva Generación de Camiones Scania, todos con el mismo color y franjas laterales que caracterizaron a la icónica Serie de la década del 90, se reunieron para una producción fotográfica especial.

Mendoza, Argentina, mayo de 2021 – En General Alvear, Mendoza, los propietarios de tres camiones Scania, representativos de diferentes épocas, se reunieron para realizar una foto que quedará en el recuerdo. Así, juntaron un impecable Topline de 1997, un R 480 de la serie PGR de 2018 y un flamante RH 500 6×2 de la Nueva Generación de Camiones Scania, todos ellos con la mítica pintura azul y las franjas laterales inolvidables que caracterizaron a los Topline en las rutas del mundo.

“Fue muy emocionante juntar a esos camiones y ver cómo ha ido evolucionando la marca a través del tiempo”, relató el propietario del Topline, Luis Carrillo Cichocki, al ser consultado sobre el encuentro. Su colega Alfredo Prill, dueño de las dos unidades restantes, coincidió con esas palabras y recordó que “el Topline es lo máximo entre los camiones de antes y era el sueño de todo transportista”.

Precisamente, Prill –titular de una empresa de transporte que lleva su nombre- eligió los colores de sus nuevos camiones en homenaje al tradicional vehículo y porque le resultó hermosa su tonalidad. No obstante, su pasión por la insignia de origen sueco es menos añeja que ese modelo. Alfredo era fanático de otra marca hasta que adquirió su primer Scania, en 2014. Desde entonces, sólo sumó rodados con la insignia del Griffin: “quería algo mejor y armado a mi gusto, pero la marca que compraba antes sólo me ofrecía unidades estandarizadas”, recordó. Cuando compró su segundo Scania -el R 480 azul de 2018-, se sentó con el vendedor para configurar el camión a su gusto y de acuerdo a los accesorios que necesitaba.

El RH 500 representó, para Prill, llegar a lo más alto. Hoy, cuenta con tres camiones, uno de los cuales es conducido por él mismo. Viaja desde Mendoza hasta el norte del país, de ahí a Chile y, luego, retorna a su lugar de origen con cargas generales. Cada vuelta demora entre 7 y 10 días. Después de 2 o 3 días más en su ciudad, retoma las rutas para realizar nuevas entregas.

“En ningún lugar tenés la atención personalizada y de excelencia que brinda Scania, tanto en Ventas, como en Servicio y en Administración”, resaltó Prill.

Por su parte, Luis Carrillo integra la firma familiar mayorista Comercial Carrillo SA, que cuenta con tres camiones para distribuir la mercadería, entre ellos dos Scania. “Tenía un camión 2009 de otra marca, de 330 hp y 250 mil kilómetros reales, que habíamos comprado nuevo. Lo canjeamos mano a mano por el Topline modelo 1997, que era de un vecino de nuestra localidad. Tenía 2 millones de kilómetros y nunca le habían abierto el motor, ni la caja, ni el diferencial”, detalló.

Una vez adquirido, desarmó y cambió muchas de las piezas de forma preventiva, hasta dejarlo como nuevo. A su vez, incorporó algunos accesorios a su gusto, como llantas de aluminio, dos tanques de aluminio de 500 litros, plato de enganche Jost con traba automática y faros Cree Led, entre otros aspectos.

“De vez en cuando lo manejo, pero la mayor parte del tiempo lo tengo guardado para exposición”, mencionó Carrillo. En cuanto a la conducción, sostuvo que brinda “una sensación muy linda” y aseguró que en la calle el Topline “se roba las miradas” y en las estaciones de servicio otros conductores le piden sacarse fotos.

Por último, reveló que “el dueño anterior quiere comprarlo de vuelta” y que, en caso de venderlo, le gustaría adquirir un Topline “T”, conocido popularmente como “Trompa”. No obstante, confesó: “me duele venderlo; si pudiera me quedo con el frontal para andar y un trompa para tenerlo de colección”.

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