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Cómo se transforma un camión para correr el Dakar

Hino, la marca japonesa del Grupo Toyota presente en Argentina, explica qué modificaciones recibe el Serie 500 para afrontar la carrera más dura del planeta.

Hino, la marca japonesa que en Argentina comercializa los camiones livianos del Grupo Toyota, explicó, paso por paso, cómo se transforma un camión para correr el Dakar, considerada como la carrera más difícil del mundo. Allí, Hino compite con un camión basado en el modelo Serie 500 4×4, que la marca comercializa en otros mercados (se espera igualmente que la Serie 500, de camiones medianos, llegue a nuestro país en un mediano plazo).

Para afrontar el Dakar, que en los últimos años se disputó en Sudamérica sobre las condiciones de caminos y climas más exigentes de la región, Hino realizó las siguientes modificaciones al vehículo…

Cabina: es la original del camión de calle Serie 500 4×4, tal como sale de producción. Lo único que se agrega es la instalación de la jaula de protección por los requerimientos de seguridad exigidos por la competición, que evita el aplastamiento en caso de un vuelco.

Butacas: se retiran las originales y se colocan las homologadas por la FIA (Federación Internacional del Automóvil), que aseguran al chofer desde cinco puntos, lo que lo mantiene sujeto y le permite manejar el camión accediendo a todos los contactos incluso desde una posición casi horizontal.

Suspensión: la particularidad del Dakar es que el piso va cambiando (tierra, barro, asfalto, arena). Por eso se retira la suspensión original y se coloca otra que es regulable en altura y en dureza, que puede modificarse desde el interior para darle mayor o menor agarre al vehículo según la necesidad. Así, la potencia del motor puede ser bien transmitida al piso y se evita que el vehículo patine y no avance, o que los frenos no sean del todo eficaces.

Chasis: es el original de la Serie 500 4×4, pero se refuerza la zona para que tolere la suspensión cuando se elige la más dura y soporte los impactos que se generan en la carrera.

Cubiertas: las originales se reemplazan por unas que tienen un sistema doble. Las que se utilizan para el Dakar se inflan y desinflan desde la cabina para tener mejor tracción; además, las llantas tienen un sistema especial de modo que las ruedas van calzadas y prensadas para que, en el momento en el que el motor hace fuerza y gira la cubierta, la llanta gire con la cubierta como si fueran una única pieza.

Motor: por reglamento, la base tiene que ser la original del camión de serie. Para el Dakar, se modifica el motor original de la Serie 500, que es de 6 litros, 280 caballos y está preparado para trabajar durante un millón de kilómetros o 20 años. Para la competencia, a los motores se los sobrealimenta con un turbo más grande, un sistema de inyección con mayor cantidad de combustible, se mejora el sistema de refrigeración y se triplica la potencia hasta 600 caballos. No son motores pensados para durar 20 años, pero sí para responder con creces al año calendario de carreras y, sobre todo, al Dakar.

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